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Tipos de Uso de Activos Inmobiliarios: Residencial y Terciario
abril 15, 2025
En el dinámico mundo del Real Estate, entender los distintos tipos de uso de los activos es esencial para invertir con criterio, planificar desarrollos sostenibles y adaptarse a las normativas urbanísticas. En este artículo, exploramos los dos grandes grupos de clasificación funcional del producto inmobiliario: Activos de Uso Residencial y Activos de Uso Terciario.
Activos de Uso Residencial
Los activos residenciales tienen como destino principal la vivienda, ya sea permanente o temporal. Su rentabilidad suele ser más estable y está directamente relacionada con la evolución demográfica, el poder adquisitivo y las políticas públicas de vivienda.
Tipologías más comunes:
- Viviendas unifamiliares y pareadas
- Edificios plurifamiliares
- Coliving y residencias compartidas, como nuevos modelos de convivencia
Claves del sector residencial:
Gran demanda sostenida en zonas urbanas y metropolitanas.
Alta regulación urbanística y habitacional.
Interés creciente por productos con valor añadido (servicios, eficiencia energética, diseño).
Este tipo de activo suele atraer tanto a compradores finales como a inversores que buscan rentas por alquiler a largo plazo.
Activos de Uso Terciario
Los activos terciarios están destinados a actividades económicas, comerciales o de servicios públicos. Su diversidad es amplia y abarca desde oficinas hasta centros logísticos o residencias asistidas.
Principales categorías:
Oficinas:
Desde edificios corporativos hasta espacios de coworking. Su rendimiento está muy vinculado al mercado laboral, el teletrabajo y la transformación digital.
Comercial (Retail):
Incluye locales a pie de calle, centros comerciales, medianas superficies, parques comerciales, supermercados, restaurantes, entre otros. El rendimiento de estos activos está altamente condicionado por el flujo peatonal, la visibilidad, la ubicación estratégica y la experiencia global que se ofrece al consumidor.Hoteles y apartamentos turísticos: Activos orientados a la explotación turística, sujetos a estacionalidad y regulaciones específicas. En auge los modelos híbridos y flexibles.
Dotacionales (Equipamientos públicos o especiales):
Comprende activos como residencias de estudiantes, centros asistenciales para personas mayores, centros educativos, deportivos o culturales. Este tipo de equipamiento está siendo cada vez más demandado, impulsado por factores estructurales como el envejecimiento de la población, la movilidad universitaria y la necesidad de servicios sociales especializados en entornos urbanos.
Naves logísticas e industriales:
Activos clave en la cadena de suministro, cada vez más valorizados por el auge del e-commerce y la necesidad de plataformas de “última milla”.
Claves del terciario:
Alta rentabilidad potencial, pero con mayor exposición al ciclo económico.
Requiere una gestión activa del activo.
Ubicación, accesos y flexibilidad del uso son factores clave de valoración.
En el sector inmobiliario, conocer el tipo de uso de un activo no es solo una cuestión técnica, sino una ventaja estratégica. Determina lo que se puede hacer con él, su valor en el mercado y el enfoque más adecuado para su desarrollo o inversión.
Antes de invertir, asegúrate de revisar el planeamiento urbanístico de la zona y contar con un estudio técnico que analice su viabilidad, normativa y usos compatibles.
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